Blackbirding (literalmente, “caza del mirlo”, en el argot de los colonos europeos en Australia, se refiere a un tipo de cacería “recreativa” en la que las presas eran los indígenas australianos; y, por extensión, llamaban “blackbird” o mirlos a los aborígenes de las islas del Pacífico Sur) es un término inglés que se refiere a la contratación engañosa y al rapto de mano de obra indígena en las islas del Pacífico Sur en el siglo XIX. Esta práctica permitía conseguir y disponer de trabajadores en condiciones cercanas a la esclavitud para las explotaciones agrícolas de Australia, Samoa y Perú, y que se desarrolló con fuerza entre 1860 y 1930.
En el caso peruano, a mediados del siglo XIX, el presidente Ramón Castilla decretó la abolición total de la esclavitud de los negros (ya el general argentino Don José de San Martín había decretado que todos los hijos de esclavos nacidos después del 28 de julio de 1821, serían hombres libres) y esta medida había afectado a los hacendados, propietarios de tierras que con esta medida se habían quedado sin mano de obra. Por ello, muchos atrevidos comerciantes decidieron reemplazar esa mano de obra de origen africano con elementos indígenas, pero como esto no dio buenos resultados, se optó por un negocio más lucrativo:
Durante varios meses, entre 1862 y 1863, tripulaciones de barcos peruanos y chilenos peinaron las islas de la Polinesia, desde la Isla de Pascua (Rapa Nui) en el Pacífico oriental hasta las Islas Gilbert (ahora Kiribati) en el oeste, buscando “trabajadores” para satisfacer la escasez de mano de obra en Perú. Joseph Charles Byrne, un especulador irlandés, recibió respaldo financiero para importar a los isleños del Mar del Sur como trabajadores contratados. El barco de Byrne, “Adelante”, cruzó el Pacífico y en Tongareva, en el norte de las Islas Cook, pudo adquirir 253 reclutas, de los cuales más de la mitad eran mujeres y niños. El “Adelante” regresó al puerto peruano de Callao, donde la carga humana fue vendida y enviada a trabajar como trabajadores de plantaciones y sirvientes domésticos. Los financieros del esquema y casi de inmediato otros especuladores y propietarios de barcos se propusieron ganar dinero con la mano de obra polinesia, llegando incluso al secuestro masivo en la Isla de Pascua, cuando ocho barcos peruanos llevaron a cabo una operación armada en esta isla donde, durante varios días, las tripulaciones combinadas rodearon sistemáticamente las aldeas y capturaron a la mayor cantidad posible de isleños. En estas redadas y otras similares que ocurrieron en la Isla de Pascua durante este período, 1407 personas fueron llevadas al comercio laboral peruano. Esto representaba un tercio de la población de la isla. En los meses siguientes, los barcos peruanos “Rosa” y “Carmen”, junto con otras embarcaciones involucradas en el reclutamiento para Perú, secuestraron u obtuvieron personas en toda Polinesia; especialmente, de las islas de Niue, Samoa y Tokelau, así como a los que secuestraron de la Isla de Pascua.
En junio de 1863, unas 350 personas vivían en 'Ata, un atolón en Tonga. El capitán Thomas James McGrath, del ballenero de Tasmania “El griego”, después de haber decidido que el nuevo comercio de esclavos era más rentable que la caza de ballenas, fue al atolón e invitó a los isleños a bordo para comerciar. Sin embargo, una vez que casi la mitad de la población estaba a bordo, ordenó que se cerraran los compartimentos del barco, y el barco partió. Estas 144 personas nunca regresaron a sus hogares. “El griego” se reunió con un barco de esclavos peruano, el “General Prim”, y los isleños fueron transferidos a este barco que los transportó al Callao. Debido a las nuevas regulaciones gubernamentales en Perú contra el comercio de esclavos polinesios, a los isleños no se les permitió desembarcar y permanecieron a bordo durante muchas semanas mientras se organizaba su repatriación. Finalmente, el 2 de octubre de 1863, cuando muchas de las personas de 'Ata habían muerto o estaban muriendo por negligencia y enfermedad, se organizó un barco para llevarlos de regreso. Sin embargo, este barco arrojó los Tonganeses en la deshabitada Isla del Coco. Un mes después, el buque de guerra peruano “Tumbes” fue a rescatar a los 38 sobrevivientes restantes y los llevó al puerto peruano de Paita, donde probablemente murieron.
En esas andaba la situación, cuando el reverendo A. W. Murray, el primer misionero europeo en Tuvalu, describió las prácticas de los cazadores de esclavos en las islas Ellice. Dijo que prometieron a los isleños que se les enseñaría acerca de Dios mientras trabajaban en la producción de aceite de coco, pero el destino previsto de los esclavistas era las Islas Chincha en Perú. El reverendo Murray informó que en 1863, alrededor de 180 personas fueron tomadas de Funafuti y alrededor de 200 fueron tomadas de Nukulaelae, dejando menos de 100 de las 300 registradas en 1861 como viviendo en Nukulaelae.
El comercio laboral peruano de los polinesios duró de 1862 a 1863. En este período se “reclutaron” aproximadamente 3.634 polinesios. Más de 2.000 murieron a causa de enfermedades, hambre o negligencia, ya sea a bordo de los barcos esclavistas o en los lugares de trabajo a los que fueron enviados. Por exigencia del gobierno francés, el gobierno peruano cerró la operación en 1863 y ordenó la repatriación de los sobrevivientes. Un brote de viruela y disentería en Perú acompañó esta operación, lo que resultó en la muerte de otros 1.030 trabajadores polinesios. Algunos de los isleños sobrevivieron el tiempo suficiente para llevar estas enfermedades contagiosas a sus islas de origen, causando epidemias locales y mortalidad adicional. Para 1866, solo alrededor de 250 de los reclutados habían sobrevivido con aproximadamente 100 de ellos restantes en Perú. La tasa de mortalidad fue, por lo tanto, del 93%.
“A pedido de Mons. Jaussen, Obispo de Tahiti, el Gobierno Francés presento una protesta ante el Gobierno del Perú, por conducto del ministro francés en Lima... se sabe que en diciembre de 1862 llegaron 8 buques piratas peruanos a la Isla de Pascua y perpetraron una acción en conjunto. Unos 80 tripulantes bajaron armados a tierra y desparramaron en el suelo, a la vista de los incautos nativos, gran cantidad de "regalos". Cuando unos 500 nativos se lanzaron sobre estos 'regalos', el cabecilla de los piratas dio la señal con una descarga de revolver. Sus compañeros hicieron fuego para intimidar a los nativos. Algunos de estos cayeron muertos, otros huyeron, presos del pánico, pero unos 200 no lograron escapar y fuero amarrados y llevados a bordo de los diferentes buques que algunos días mas tarde partieron de regreso a la costa del Perú...” - Sebastian Englert. La tierra de Hotu Matu'a: historia y etnología de la Isla de Pascua.
✍ Texto de Mario Hildebrando García Jarrín.
🌐 Fuentes:
- Wikipedia
- El Comercio Perú
- Maude, H. E. (1981). Slavers in Paradise: The Peruvian Slave Trade in Polynesia, 1862–1864 Fiji: Institute of Pacific Studies.
- Laumua Kofe, Palagi and Pastors, Tuvalu: A History, Institute of Pacific Studies, University of the South Pacific and Government of Tuvalu, 1983