El Juego de Tronos Macedonio

EL JUEGO DE TRONOS MACEDONIO - Parte 1

Junio del 323 a. C., Alejandro ha muerto, y el gigantesco imperio que forjo en poco mas de 10 años corre el riesgo de derrumbarse. Su repentina desaparición ha tomado a todos por sorpresa, sobretodo porque hasta hace unos pocos días el rey estaba entregado a la planificación de lo que serían las campañas para la conquista de Arabia y el norte de África; sin un heredero natural presente y sin haber elegido a alguien en vida, serán los compañeros del rey, aquellos que han estado con él casi toda su vida, los que deban decidir el futuro del imperio. Pero no sería tarea fácil, porque Alejandro había reunido en Babilonia a todo su ejército y como dictaba una vieja ley "en ausencia del rey, el concejo de soldados podía hablar por él".
Alejandro despidiéndose de sus soldados
Una vez confirmada la noticia de la muerte del rey, los soldados de la infantería macedonica se reunieron en asamblea, siguiendo el antiguo derecho del ejército macedonio de poder elegir a su rey por aclamación. Muchos habían envejecido sobre la campaña, sin embargo, habían continuado sirviendo a su rey, y se consideraban con todos los derechos para elegir a su sucesor. Incentivados por Meleagro y , eligieron a Arrideo, como hijo de un rey y hermano de otro, pero esta elección no le cayó bien a ninguno de los líderes macedonios los cuales preferían esperar al nacimiento del hijo de Alejandro con Roxana, una alternativa que no agradaba mucho a los defensores de la pureza de sangre macedonia.

Peitón decretó la elección, y en el alboroto que siguió los compañeros del rey y sus adherentes fueron obligados a retirarse al palacio real, donde se atrincheraron en las cámaras de Alejandro. Los soldados intentaron forzar las entradas y apoderarse de Pérdicas, quiliarca (primer ministro) del imperio, al considerarle como un traidor. Pero al final, la calma prevaleció, y Meleagro y sus hombres se retiraron.
Sin embargo, Pérdicas se dio cuenta de que su vida estaba en peligro con Meleagro teniendo el control de Arrideo. Se ordenó a la caballería formar para la batalla en la llanura a las fueras de la ciudad. Pérdicas y muchos de los líderes consiguieron huir. A continuación, bloquearon los accesos a la ciudad, impidiendo la llegada de suministros desde el campo.
La caballería macedonia de los compañeros, era la fuerza de élite para el asalto del ejército de Alejandro. A su muerte se había ampliado a unos 4,000 efectivos, incluyendo nobles persas en sus filas. Con el apoyo de unos 200 elefantes traídos desde la India, era una fuerza formidable incluso para la falange macedonia.
Lo que siguió fue casi una batalla entre la caballería macedonia y la infantería,  Pérdicas contra Meleagro. Ambos preparados para la batalla. Al final en el momento más tenso, la infantería se retiró, y se evitó el derramamiento de sangre.

Se llegó a un compromiso mediante los esfuerzos conciliadores de Eumenes de Cardia, el astuto secretario de Alejandro: Filipo Arrideo podía seguir siendo rey, con el popular (y ausente) Crátero como su tutor. Antípatro permanecería como el general en jefe del ejército en Europa. Pérdicas sería su homólogo, al mando del ejército en Asia y quiliarca del imperio.
Crátero, que como guardián del rey debería supervisar cualquier orden de Pérdicas. Si Roxana deba dar a luz un varón, Pérdicas compartiría la custodia del niño con Leonato.

Meleagro vio con disgusto estás disposiciones, pero se sintió satisfecho al ser nombrado como segundo al mando del ejército en Asia. Sin embargo, este último, pronto sería traicionado por Pérdicas.
Para disipar el mal ambiente en las tropas, desfilaron entre las dos mitades cortadas de un perro (una extraña y antigua costumbre de Macedonia). En este desfile Pérdicas, actuaba como quiliarca y, en nombre del rey (con Filipo Arrideo junto a él en la tribuna de honor).

Cuando acabó el desfile ordenó la detención de los hombres que habían instigado la discordia de los días anteriores. Unos 300 hombres, todos los partidarios de Meleagro, fueron capturados por la Guardia mandada por Seleuco. Pérdicas ató a esos desgraciados, y posteriormente fueron pisoteados por los elefantes.
Este golpe inesperado y el brutal castigo brutal infligido a los instigadores pareció haber aterrorizado a Meleagro, que acudió a un templo, en busca de refugio. Allí fue sacado a rastras por órdenes Pérdicas, y degollado.

Durante todo esto, el rey Filipo III Arrideo no hizo ningún esfuerzo para salvar a los hombres que lo habían colocado en el trono, empezando a perder la confianza de los soldados.

Fue el primer derramamiento de sangre, que sería sólo el comienzo de los sangrientos años que seguirían.
Mientras tanto, el cuerpo de Alejandro estaba siendo preparado para el transporte a Macedonia, para ser enterrado en las tumbas reales en Egas (Vergina moderna). Los mejores embalsamadores egipcios y caldeos trabajaron en el cuerpo del rey. Para transportar el cuerpo, se gastó una fortuna en la construcción de un carro fúnebre increíble y elaborado que llevaría el sarcófago durante su viaje. Estaba hecho de oro y decorado con piedras preciosas; y se tardaría dos años en completarse.

Actuando en nombre del rey Filipo III, Pérdicas dividió el imperio, y decidió quién gobernaría en cada provincia:
Ptolomeo recibió la satrapía de Egipto, sin duda, su primera y única opción.
Leonato le fue dada la provincia de Frigia helespóntica; las tierras asiáticas más cercanos a Europa a través del estrecho de los Dardanelos.
Antígono, el tuerto, fue confirmado como sátrapa de Frigia y amplio su autoridad con la adición de Licia y Panfilia.
Antípatro seguiría con Macedonia y Grecia.
Lisímaco obtuvo Tracia, la cual fue separada de Macedonia, tal vez para debilitar el poder de Antípatro en Europa.
Crátero que estaba en camino a Macedonia con 10.000 veteranos, había recibido órdenes directas de Alejandro para sustituir a Antípatro. Pérdicas no rescindió esas ordenes o le envio nuevas, quizás esperaba que tal vez Cratero eliminaría a su rival sin él tener que mover un dedo.
Peitón recibió las satrapías superiores.
Eumenes, cuyas habilidades de diplomático habían impedido una guerra civil temprana, obtuvo la satrapía de Capadocia y Paflagonia.
Seleuco, comandante de los antiguos hipaspistas reales o “Escudos de Plata”, ahora llamados argiráspidas, fue ascendido al mando de la caballería de los Compañeros.

Las otras sátrapias fueron asignadas a hombres de la confianza de Pérdicas, que con esto buscaba no tener inconvenientes más adelante en sus aspiraciones por la regencia del imperio.
Primera distribución de las satrapías del imperio macedonico
A continuación, o alrededor de septiembre de 323, se produjeron dos acontecimientos que sacudirían los planes.

Roxana dio a luz a un hijo. Fue nombrado como su padre, y en última instancia acuñó monedas como Alejandro IV. El bebé real se presentó al ejército, y fue aclamado por los soldados como co-rey con su tío, Arrideo. Como se esperaba, ambos fueron tomados bajo la protección del quiliarca.

En esas mismas fechas, de Grecia llegó una noticia mucho más inquietante: Los griegos, dirigidos por Atenas y la Liga Etolia, se habían proclamado a sí mismos como libres de la dominación macedonica.
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